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Capítulo 180

“¿Qué? ¿Hace un rato intestaste asesinarme y ahora quieres mi ayuda? Estás loco.”

Llegué rápidamente al segundo piso, salí del elevador y cerré la puerta con fuerza detrás de mí. Sabía que él no iba a dejarlo así nomás, pero por el momento, tampoco iba a confrontarme. La identidad de la señora Vargas todavía era útil, al menos por el momento él no podría hacerme nada.

Mirando la habitación del hospital, oscura y sombría, de repente me di cuenta que algo estaba mal. Alguien había revisado mi ropa y mi bolso, y la cama también estaba en desorden. Adrián definitivamente había estado allí buscando algún documento importante.

Pero lo que él no sabía, era que Gonzalo me había dado los documentos realmente importantes cuando fui a

la azotea.

Me hice la desentendida y me acosté en la cama. Pude sentir vagamente que alguien se acercaba por el pasillo, tal vez era Adrián, pero no abrí los ojos.

Al día siguiente, a primera hora, contacté a Jonathan y le dije que quería que me llevara a comer mariscos

para recuperarme.

Jonathan entendió de inmediato mi mensaje y me fue a buscar rápidamente en su auto.

Una vez en el vehículo, le entregué lo que Gonzalo me había dado.

“Todos los documentos que él ha recopilado durante estos años están aquí. No era conveniente que los viera en el hospital. Encuentra una computadora sin internet y échales un vistazo. Con estas pruebas y encontrando a los testigos, nos será difícil derribarlos. La único es que no podemos ir a la policía local, ¿entiendes lo que digo?”

Lo miré nerviosamente, y él, sin decir mucho, simplemente guardó el sobre en su bolso.

“Sé que Adrián tiene mucho poder aquí, y que también cuenta con el apoyo de Antonio.”

“No te preocupes, he estado investigando el caso de tu padre durante años. No solo yo no he renunciado, también hay varios policías que piensan que hay algo extraño.”

Lo miré, sintiendo de repente un poco de culpa.

¿Había estado investigando todo este tiempo?

Recordé que Miriam mencionó que él, en su investigación, incluso se quedaba despierto por las noches.

Y luego, al pensar en Mohamed diciendo que siempre había protegido a mi madre, me hizo sentir un nudo en la garganta.

“Jonathan…”

“No te conmuevas, soy tu esposo, es lo que debo hacer. Dijiste que querías ir a comer mariscos, ¿no?” Dijo apretando mi mano.

“Sí, y hay otra cosa, quiero cuidar de Caye, temo que Adrián pueda hacerle daño.”

Sin importar lo que Gonzalo hubiera hecho, ella era inocente.

Ya había perdido a su madre, no podía dejar que se enfrentara a más peligros.

Jonathan asintió, “Primero comames, luego hablaremos del resto.”

En ese momento le envié un WhatsApp a Cayetana para que se uniera a nosotros para comer.

Los hombres de Adrián todavía la estaban manteniendo bajo la mira, pero al ver que iba a comer conmigo, no hicieron nada más.

No le dije que su papá todavía estaba vivo, ya que me preocupaba que pudiera delatarse por ser tan joven.

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Capitulo 180

Solo le dije que me mudaría a vivir con ella y que luego se iría conmigo.

Ella me miró por un largo rato sin decir nada, y finalmente asintió.

Cuando volví al hospital, procedí a completar el alta, pero en ese momento, para mi sorpresa, recibí una llamada de Gonzalo.

La voz del otro lado era casi idéntica a la de él, incluso el tono era muy similar, por lo que mi mano se detuvo, “¿Gonzalo?”

“Iris, ha sido muy difícil encontrarte, ¿Dónde estás?”

Esa persona parecía muy emocionada, pero mi corazón se hundió más y más, al parecer, Adrián había hecho su jugada.

“Estoy en casa de Manuel, ¿has vuelto al país?” Pregunté aclarando mi garganta.

“Gonzalo, ¿viniste a Tijuana? ¿O estás por regresar?” Pregunté pretendiendo estar ansiosa.

Luego bajando la voz intencionalmente, agregué, “Gonzalo, Manuel ya sabe lo del fondo.”

“Ahora que has regresado, será mejor que transfieras todo el dinero a mi nombre.”

Capítulo 181