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Capítulo 182

Él obviamente sabía a qué documentos me refería.

Ya teníamos pruebas de sus delitos, por supuesto que cuanto antes se enfrentaran a las consecuencias, mejor.

Había visto muchas noticias sobre la colusión entre empresarios y políticos; si no logras sorprenderlos, simplemente se recuperan como si nada hubiera pasado.

Después de colgar, finalmente dejé el hospital junto con Cayetana.

“Iris, ¿tienes algo en mente? ¿Adrián te está molestando de nuevo?” Preguntó tirándome de la manga, con una mirada llena de preocupación.

En ese momento negué con la cabeza, sin saber cómo explicarle.

Solo esperaba resolver todo eso lo más pronto posible y luego llevar a Caye de vuelta para que ella y Gonzalo pudieran tener un futuro feliz.

Al ver que no quería darle explicaciones, ella simplemente me llevó a una taquería.

“Hace mucho que no comemos juntas. ¿Recuerdas cuando adorabas los tacos al pastor pero siempre terminabas con dolor de estómago?”

Me quedé parada por un momento y luego también me rei con ella. Mi mamá nunca me permitía comer en las taquerías, siempre era Caye quien me llevaba a escondidas.

Especialmente desde que entró a la secundaria y tenía más dinero en el bolsillo, incluso llegó a ser la anfitriona.

Siempre decía que no estaba bien siempre recibir sin dar algo a cambio, así que también tenía que invitarme para no dejarme decir que siempre era yo quien pagaba.

Ya que mi estómago nunca fue muy fuerte, siempre terminaba con dolor de estómago toda la noche.

Mirando la taquería llena de gente, sacudí la cabeza.

“He oído que ahora te dan medicamento para la diarrea.

“Eso es perfecto, ¿no? No hay que preocuparse por el estómago, vamos, que nos vamos a quedar sin lugar.”

Ella siempre mantenía la sonrisa, tratando de cambiar de tema.

Sabía que no quería que me preocupara, por lo poco a poco dejé de pensar en esos asuntos.

Todo dependía de nosotros, y yo ya había hecho casi todo lo que podía. Lo que quedaba era ver si alguien se atrevería a extender una mano justa.

Pero apenas nos habíamos sentado, una llamada del falso Gonzalo llegó de nuevo.

Viendo que Caye estaba ordenando, me deslicé hacia un rincón.

“Gonzalo, ¿qué pasa?”

“Voy camino a Tijuana para encontrarte, ¿necesitas que lleve algo además de la clave?”

“¿Tienes que venir personalmente? ¿No era con el escáner de iris?”

No sabía el proceso exacto, solo actué de acuerdo a lo que había visto en las películas.

Del otro lado hubo una pausa, sabía que no podía preguntar demasiado.

Me llenó de preguntas sobre el fondo, especialmente sobre su valor actual.

Irritada, le dije: “¿No te dije que era un millón ya? Cuánto es eso en pesos no tengo idea, y supongo que el

fondo ha generado intereses estos años, ¿no? Tú eres el contador, ¿Por qué me preguntas a mí?”

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Capitulo 182

Cuanto más irritada me mostraba, más me creía.

Al oír que había un millón, pude escuchar su respiración agitada.

Con ese dinero, podría salvar a su hijo y cubrir sus deudas, volviendo a ser el magnate local sin nada que

temer.

Claramente, estaba emocionado.

“¿Estás segura de que quieres transferir ese dinero? Podrias tener que pagar impuestos, y seguramente sean altos.”

“¿Entonces qué hacemos?”

“Por ahora, mejor no lo toques.”

“¿Y con qué voy a vivir?” Pregunté subiendo el tono, mostrándome muy molesta.

“Gonzalo, has estado fuera por tanto tiempo que no sabes cómo he estado viviendo aquí. ¡Jonathan no me da ni un centavo! Sin ese dinero, mi vida es un desastre. No, necesito el dinero.”

Después de todo, Adrián pensaba que era una cazafortunas, convencido de que fui a Estados Unidos en busca de un rico heredero.

Con las calumnias de Begoña, estuvo más convencido de que mi insistencia con Jonathan era por dinero. Él siguió poniendo excusas por teléfono, y finalmente, dijo: “Este fondo está a tu nombre, es un activo premarital. Iris, escúchame, no lo saques ahora o pasará a ser un activo conyugal.”