Chapter Ultimas 155
Capítulo 155
Adrián no podía permitir que la amenaza de Gonzalo siguiera existiendo, tenía que investigar.
Cada año enviába pruebas, incluso si eran del extranjero, no podía ser que no hubiera ninguna pista.
Si Adrian no había encontrado nada, eso solo podía significar que Gonzalo se estaba escondiendo en algún lugar, manteniendo su dirección e identidad
en secreto.
Podría estar en el extranjero o justo bajo nuestras narices, solo que esas pruebas las reenviaba al extranjero para que alguien más las mandara de
vuelta.
Pensar que Cayetana también podría estar involucrada y que supiera algunos secretos, me tuvo con el corazón en la garganta.
Había vuelto al país y Adrián la estaba vigilando, iba a ser complicado acercarse a ella sin la ayuda de Begoña.
“¿Por qué no te encuentras primero con estos de mi familia? Quizás realmente tengan alguna pista.”
“Todos ellos trabajaron anteriormente para la familia Moreno, por ahí saben algo.”
Violeta sacó algunos archivos y luego de echarles un vistazo, negué con la cabeza.
“Mejor no, no son miembros clave, es poco probable que sepan algo. Voy a regresar y consultarlo con Jonathan, ahora estamos colaborando con Begoña.”
“¿Qué? No me vas a decir que estás pensando en cederle el lugar a alguien más ¿Verdad?” Preguntó mirándome como sí estuviera loca.
Le conté brevemente lo que había pasado, y cuando llegué a la parte de que a Begoña no le agradaba Jonathan, se rio hasta que le dolió el estómago. “Ves, no todos son tan ciegos como nosotras.”
“Al menos yo me sali a tiempo, tú eres quien tuvo mala suerte.”
La miré sin saber qué decir, realmente no entendía de qué se alegraba tanto.
Parecía haber olvidado que en la universidad había estado loca por Jonathan.
Pero tenía razón, al final, la única que se casó con Jonathan fui yo, y ella ya no sentía nada por él.
Cuando llegué a casa de Adrián, Begoña ya estaba en la habitación de Jonathan, charlando con él de todo un poco.
Todos los empleados parecían tener un acuerdo tácito, si Begoña estaba en la habitación de Jonathan, nadie podía molestarlos.
Al subir, alguien anunció a viva voz.
“Señorita Iris, ha vuelto.”
Su voz sonó tan fuerte que me dolieron los oídos, como si temiera que los de arriba no la oyeran.
En ese momento, Begoña abrió la puerta con desagrado, “Ya volví, no es como si fuera una visita.”
Luego regresó a la habitación de Jonathan sin cerrar la puerta.
Entendí que los dos tenían algo que decirme, por lo que subí rápidamente.
“¿Tienes alguna pista?”
Ya que ella dijo que me ayudaría, naturalmente tenía que mostrar algo de sinceridad.
Begoña cerró la puerta, y asegurándose de que no había nadie afuera, dijo: “En el edificio donde vive Caye vi al guardaespaldas de mi papá, probablemente esté vigilando. Supongo que están tratando de forzar a Gonzalo a entregarse, y además, Adrián mencionó hoy que en efecto hubo una suma de dinero que desapareció en tiempos de mi abuelo.”
Su mirada se fijó en mí, como preguntándose adónde había.
Naturalmente, no iba a exponer las mentiras de Jonathan, así que solo pude negar con la cabeza, impotente.
“Inicialmente no sabía, pero después de que mi papá murió, mi mamá solo mencionó que había oído hablar de ese dinero, pero dijo que no conocía los detalles.”
Lo que dije era en parte verdad, mi papá se fue tan repentinamente que muchas cosas quedaron sin decir.
Se decía que mi abuelo tenía algo de dinero, pero la mayoría, según se oía, se lo había dado a Adrián.
“¡Lo sabía, mi abuelo siempre fue parcial!”
Begoña bufó disgustada, “De todos modos, él cree que tienes el fondo, pero si ni siquiera tu mamá lo sabe, entonces solo nos queda buscar a Gonzalo. Ahora la familia Moreno necesita dinero, él definitivamente querrá esa suma, así que, ten cuidado.”