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Capítulo 145

En los momentos de aburrimiento en el hospital, siempre sacaba el diario de mi mamá.

Ella también tenía muchas dudas, como por qué Gonzalo nos traicionó, por que me fui, y por qué la esposa e hija de Gonzalo también se fueron. Yo me fui por enfermedad, ¿pero ellos?

Y con la relación entre nuestras familias, podríamos haber partido juntos, pero Gonzalo nunca lo mencionó, lo que es muy sospechoso. Además, antes de desaparecer, Gonzalo llamó a mi papá, pero no sé de qué hablaron.

El conductor que mató a mi papá también es sospechoso, su esposa e hijos recibieron una gran suma de dinero.

Pero cuando mi mamá investigó, solo encontró que fue una donación de una organización benéfica, lo que no parecía del todo incorrecto.

Pero, ¿por qué precisamente a su familia, cuando hay tantas sin sustento?

Todo era dudoso, pero al final, mi mamá no pudo seguir investigando porque se enfermó.

Mirando las fotos pegadas en su diario, justo vi la de nuestra familia y la de Gonzalo.

Recuerdo a su hija menor, Caye, que ahora debería estar en la preparatoria, pero ¿dónde estaban realmente?

Pensando que quizás Gonzalo también se había ido al extranjero, decidí que debería investigar.

En Estados Unidos, estuve hospitalizada todo el tiempo, sin muchos contactos, pero con Cristian fue diferente. Cuando le envié la información, no preguntó mucho, simplemente comenzó a investigar por mí. Después de tres días de inyecciones en el hospital, mi fiebre finalmente cedió.

El doctor me advirtió una y otra vez que descansara bien, y yo asentí. Realmente estaba descansando bien, pero al parecer, mi cuerpo ya no se recuperaría solo con descanso.

Estrella me llamó justo cuando estaba pensando en salir del hospital.

“Iris, ¿cuándo vas a regresar? Tu prima casi vive en la oficina de tu esposo. Mucha gente en la empresa dice que va a tomar tu lugar, no te importa? ¿Quieres que vaya en tu lugar en el viaje de negocios para que puedas regresar a cuidar a tu esposo?”

La verdad era que leía los chismes de la empresa todos los días. Begoña no tenía tan buena personalidad como para caerle bien a todos, o quizás esa era su imagen.

Ella nunca trató de agradarle a quienes consideraba irrelevantes, solo a Jonathan.

Todos decían que era una zorra que intenta seducir a al marido de su prima, pero como Jonathan no se lo impedía, nadie podía decir mucho.

¿Y qué si Jonathan tenía antecedentes?

Las mujeres a su alrededor siempre cambian cada dos o tres meses.

El caso de Miriam dejó una sombra en todos, por lo que nadie podía asegurar que esa señorita Moreno no se convertiría en otra de sus amantes. “¡Habla! ¿No te reconciliaste con Jonathan? ¿Por qué ahora no te importa? No estarás pensando en divorciarte, ¿verdad?”

Cuando Estrella mencionó el divorcio, no supe qué decir. De verdad quería el divorcio, no debería arrastrar a Jonathan.

Pero parecía que no debería divorciarme, quería investigar lo de mis padres, y sin Jonathan, no podría acercarme a la familia Moreno.

“Dejemos el tema del divorcio para otro momento, tengo que colgar.”

Realmente no quería seguir hablando de eso, así que simplemente colgué.

Cuando me di la vuelta, vi a Cristian parado en la puerta, sin saber cuánto había escuchado.

“¿Ustedes se reconciliaron?”

Pude notar un tono de decepción en su voz, por lo que rápidamente cambié de tema.

“Cris, ¿encontraste a la persona que te pedí que investigaras?”

Viendo que no quería hablar más del tema, decidió no mencionar lo anterior.

“La encontré, pero la esposa de Gonzalo murió en un accidente de auto hace unos años, ahora solo queda su hija, quien vive en Estados Unidos, pero parece que pronto regresará al país.”