Chapter Capítulo 34
A veces quisiera ser lo que piensan mi abuela y la señora Olga que soy para que hablen con razón. Detesto la actitud de mi abuela.
Si aceptara las propuestas de Diego y me convertiría en su amante podría obtener dinero para darle a Aarón todo lo que necesite sin tener que descuidarlo y matarme trabajando pero tengo principios.
No me gustaría que cuando él crezca me desprecie, eso no lo soportaría.
Empaque en mi bolso ropa extra para Aarón y su traje de baño también los documentos y dinero, lo esencial para pasar el día fuera.
—¡Fer! —Exclama Aarón al verlo y de inmediato corre hacía sus brazos
—Perdón el retraso enano —Él deja un beso en su mejilla
Debo admitir que él se ve muy guapo a pesar de tener una vestimenta casual. Un Polo color azul y jeans blancos, no pueden faltar sus anteojos de sol.
—¿Pasa algo, Belinda?
Negué con la cabeza
—Discutió con la abuela
—¡No seas chismosito, Aarón! —Lo regaño
—Puedes decirme lo que sea.
—No te incumben mis problemas.
En menos de cinco minutos nos acomodamos en el carro y Fernando comenzó a conducir. Yo estoy centrada en la ventana reflexionando sobre que debo hacer con mi vida.
Lo más sensato es buscar una casa para Aarón y para mí, pero antes de eso quiero terminar de pagar los meses atrasados de la casa.
—Fernando no conseguí entradas por lo cual iremos al parque de esta ciudad.
—Pero es aburrido, yo quiero ir al parque acuático.
—¡No hagas berrinche, Aarón!
—No te preocupes enano. Tú confía en mí.
Fernando no me presto atención y condujo saliendo de la ciudad, él comentó que tenía un plan mucho mejor para los tres.
Sinceramente, no me interesa a donde vayamos. Lo único que desearía es irme lejos uno mi hijo a donde nadie nos conozca ni nos lastime.
Paramos varias veces porque Aarón deseaba ir al baño y Fernando aprovecho para comprarle unos dulces en las estaciones de servicio y recargo la gasolina.
Me siento devastada, pero al menos ellos se están divirtiendo cantando canciones al mismo tiempo las cuales se reproducen en la radio.
—La visita de los inversionistas se retrasó hasta el lunes por lo cual podemos pasar el fin de semana juntos.
Asentí con la cabeza
Luego de dos horas logramos llegar al destino, el cual es el parque acuático que deseaba conocer Aarón. Cuando llegamos me percaté de que no hay ningún carro en el estacionamiento lo cual me parece extraño.
—¿Será que está cerrado? —Pensé en voz alta
—Vamos enano —Él bajo a Aarón del carro y cerro las puertas del vehículo luego perseguimos caminando.
Cuando nos dirigimos a la entrada del lugar me percaté de que no está cerrado como pensé porque los juegos están encendidos, pero no hay ninguna persona a excepción de los empleados.
—Odio las filas y por ello alquilé el parque por unas horas, solo para nosotros.
—¿Es broma?
Él niega con la cabeza —¿A cuál juego quieres ir primero, Aarón?
El sitio es muy espacioso y repleto de juegos. Consta con un lago con pequeños botes, toboganes con una piscina abajo, también hay un sitio para realizar saltos altos, pero mi bebe es muy pequeño, una cascada, un acuario grande con peces, focas, delfines y un tiburones y otros juegos mecánicos en los cuales no incluyen agua.
Comenzamos por el gusanito, los autos chocones y juegos de menor categoría luego vestí a Aarón con su traje de baño color azul.
Al verlo tan guapo no pude evitar fotografiarlo con mi cámara.
—Mi bebé guapo.
—Ya están listos —Pregunta Fer llegando
Puedo observar que él está vestido con un traje de baño color negro en el cual se puede apreciar su pecho y sus brazos. Es evidente que sigue asistiendo al gimnasio y trabaja su cuerpo.
—Te gusta lo que ves
Rodee los ojos ante su comentario molesto
—No piensas nadar, Belinda.
—No tengo ropa
Él me entrego una bolsita pequeña al revisarla me percaté de que es un traje de baño de una sola pieza color fucsia.
—Sabía que olvidarías tu bikini, mi amor.
—Omite el “mi amor”
—Si mi amor —Él toma la mano de Aarón —vamos enano
Me quité el vestido y la ropa interior para colocarme el traje de baño. Debo reconocer que me queda perfectamente como si se hubiera creado para mí.
Me uní a Aarón y Fer para subirnos al primer juego acuático, pero Aarón se ve temeroso.
—¿Qué pasa, príncipe?. —Le pregunto agachándome a su altura y dándole una buena vista de mi trasero a Fernando.
—Me da miedo
Reí —¿Y me pediste venir a un parque acuático, mi solecito? No sabía que te daba miedo el agua.
—No me da miedo el agua, sino caer desde allí arriba
El juego realiza un recorrido en las alturas y abajo está el lago, en el transcurso nos mojamos en una especie de cascada.
Reímos al mismo tiempo lo cual lo hizo enfadar aún más. Cuando se enfada se parece más a su tío Diego que a su padre.
—No caerás enano. Hay cinturones además Bell y yo estaremos a tu lado en todo momento.
—Pero si no quieres vamos a otro.
—Si quieres te haré un regalo superespecial.
—Chantaje —Rodee los ojos
—¿Qué es?
—Ya lo sabrás
Finalmente, Aarón aceptó y subimos al juego, como prometimos nos sentamos a sus costados y los trabajadores le colocaron los cinturones de seguridad.
El juego es completamente seguro, nunca lo arriesgaría.
Únicamente en el primer juego se mostró temeroso porque en los siguientes estuvo feliz de la vida gritando y riendo junto con Fernando.
Subimos a un pulpo gigante, al laberinto de toboganes, los botes entre otros y en estos momentos me encuentro relajada en una reposera mientras ellos juegan en la piscina.
Aarón no sabe nadar y por ello él le está enseñando.
—Eso es mi amor —Exclamo al ver que Aarón ya está nadando por si solo
Encendí mi celular y me percaté de que tengo diez llamadas perdidas de Diego o “El Rey de los tóxicos” como lo agende.
estoy afuera de tú casa y no hay nadie
¿Dónde Mierda estás, Belinda?
Simplemente, apagué el celular porque no deseo verlo ni escucharlo hoy. Si así de intenso es cuando no somos nada no me imagino como sería si lo aceptó.
—¡Estás muy seca! —Exclama Fernando
acercándose a mí
—No se te ocurra Fer…
No pude terminar la frase porque él me cargo en brazos y se dirigió conmigo rumbo a la piscina para tirarse un clavado.
—¡Idiota! —Exclamo mientras seco mis ojos
—Ya sé nadar Bell
—Eres el mejor, mi príncipe —Deje un beso en su mejilla—Necesitas más protector solar
—Es más pálido que la harina el niño —Ríe Fer —Nada que ver con sus padres ni contigo
Eso es verdad en mi familia no somos de piel oscura, pero tampoco demasiada pálida.Mi tío y mi madre tienen el tono de piel canela que yo herede. En cambio, Aarón parece un faro piel pálida y ojos azules, solo heredó de mí el cabello.
—¿Quién habla? Tú También tienes la piel sensible Fer.
Nade hacia la orilla en busca del protector solar y lo unte en la piel de Aarón. Él hace muecas porque odia esa crema, pero nunca ha sido una opción no usarla.
—¡Ya! —Exclama molesto
—Yo lo decido, bebé.
—Ahora si listo —En cuanto formule esa frase él volvió a lanzarse a la piscina
—Es mi turno —Me dice Fernando dibujando una sonrisa en sus labios
—Bien
Él salió de la piscina y se sentó en una reposera, debí agacharme a su altura para untar la crema en sus piernas, me percaté de que su rodilla está un poquito quemada.
Posteriormente, me centre en sus brazos y hombros, su rostro y para ello le pedí que cierre los ojos.
Su rostro es hermoso, sus pestañas húmedas se ven hermosas, sus labios carnosos, su pequeña y puntiaguda nariz, incluso su pequeña barba lo hace ver muy sexy.
Él aprovecho mi cercanía y tomó mi cintura sentándome en su regazo.
—No te pases
—No es fácil ante esta vista, me tientas muchísimo.
—Ese no es mi problema.
Unte la crema en su pecho detallando su abdomen marcado y su estómago luego subí con mis manos hacia la parte de sus pezones, me percaté de un tatuaje en la parte de su corazón.
El tatuaje consta de una fecha 17/03/1997 esa no es cualquier fecha, es el día de mi nacimiento.
—¿Qué significa esto?
—Es el día en el cual nació la mujer de mi vida debía tatuarlo en mi piel como estás tatuada en mi alma. —Él lleva sus manos a mis mejillas acariciando mi rostro y acercando sus labios a los míos
—No lo hagas, no me mientas por favor.
—Soy consciente de que te lastime mucho con esa estúpida apuesta, nunca debí aceptarla. En ese momento solo me interesaba encajar con mis amigos y ser aceptado por ellos. Te utilicé a ti y a mujeres inocentes que me amaban, me acosté con ellas y luego las deseche, me burle como Diego y mis amigos lo hacían. No negaré que me burlaba de ti con ellos, de los regalos que me entregabas, de tus cartas de amor y tu inocencia al creer cada una de mis mentiras.
—También estabas con otras muchachas cuando estabas conmigo.Te seguías acostando con Tamara, estuviste con ella después de conmigo el día de mi cumpleaños.Por eso me dejaste sola.
Él asiente con la cabeza —Hice eso y muchas más tonterías, Belinda. No podría enumerar todo lo que te hice y no me alcanzaría la vida para disculparme, pero luego pague mis culpas cuando me enamoré de ti.
—¿Cuándo fue eso?
—Luego de hacerte mía al verte dormida entre mis brazos tan tranquila y cuando me susurraste “Te amo” me sentí devastado. No lograba dejar de llorar por eso lo único que se me ocurrió fue huir de ti.
Es verdad que después de estar conmigo huyo de mí y no volvió a dirigirme la palabra durante días.
—Ya no quiero pensar en eso, te perdono.
—¿De verdad?
Asentí con la cabeza
Él une sus labios a los míos en un beso suave, le permití besarme por unos segundos, pero luego me aleje.
—Eso no significa que volveré contigo. Sinceramente, ya no quiero rencor en mi vida.
—Sé que es muy tarde para recuperar tu amor, princesa. Con tu perdón me basta espero que aceptes mi amistad.
—Dalo por hecho.