La Caída y el Rescate del Amor Novela

Chapter Capítulo 1951



Capitulo 1951

Lisandro fruncié ligeramente el cefio, sintiéndose contento y preocupado al
mismo tiempo.

Estaba contento porque aprender algo mas siempre es beneficioso.

Pero estaba preocupado por si tanto esfuerzo en los estudios podria agotarla.
No esperaba que su hija fuera una genio académica o sacar algtn provecho
econémico notable de su educacion.

De hecho, no le importaria que Alicia fuera una “pequefia in(til” despreocupada y
feliz.

Su familia tenia los medios para permitirselo.

Pensando en la futura herencia de la familia y viendo la personalidad de su hija,
¢dénde habia alguna sefial de que ella se preocupaba por la empresa familiar?
No era la primera vez que hablaba con ella sobre ese tema, intentando
persuadirla de todas las maneras posibles, pero nada habia logrado moverla.
Finalmente, dej6 de tener expectativas sobre ella.

Después de todo, siendo su hija, seguramente encontraria un destino envidiable.
Tampoco estaba preocupado por el futuro de la empresa familiar.

Para €l, laimportancia de la empresa era simplemente la base econémica para
el futuro de su querida hija.

Nada era mas importante que la felicidad de su hija.

Ademas, ese chico Octavio, tenia tanto la capacidad mental como las
habilidades necesarias y era muy querido por Alicia.

Si lo educaban bien, la empresa familiar seguramente no seria menos de lo que
era ahora.

Nadie conocia mejor a su hija que él.

Si Alicia no pensara asi, él tampoco habria considerado esa posibilidad..
Siempre “sin grandes ambiciones®, ¢como es que de repente se habia esforzado
tanto?

Después de reflexionar, suspiré.

Afin de cuentas, a esa edad, estudiar mas era algo positivo.

No mucho después de colgar el teléfono con Alicia, Mireia llamé.

También se ausentaria de la cena por las clases extra.

Ahora Lisandro estaria cenando solo.

Simplemente decidi6 pedir a la cocina que le prepararan unos tacos.

Al salir de la escuela por la tarde, Mireia y Alicia se encontraron en la entrada.
Mireia estaba sola, mientras que Alicia estaba con Maximiliano.

Alicia nunca habia ocultado su desdén por Mireia y naturalmente, Maximiliano
era consciente de ello, pero ahora que los tres se habian encontrado, se sentia
un tanto incémodo.

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Querfa decir algo, pero no sabia qué.

Mireia le eché un vistazo, sorprendida al ver a Alicia tan cerca de él.

Era de conocimiento comun que Alicia no tenias amigos en la escuela, nunca se
acercaba a nadie ni le interesaba hacerlo.

“¢ Qué miras?”

Acella le disgusté esa mirada inquisitiva de Mireia, como si estuviera tratando de
espiarla a través de Maximiliano.

Mireia dirigié su mirada hacia ella, “No volveré a casa para cenar esta noche, ya
llamé a mi tio.”

Al oir eso, Alicia frunci6 el cefio, “¢ Estas tratando de provocarme?”

La expresion de Mireia era indiferente, “No quiero que me molestes esta noche
como lo hiciste ayer.”

El rostro hermoso y radiante de Alicia mostraba una sonrisa tenue, “¢ Tienes un
agujero en el oido o tu cerebro se inund6?”

El rostro inmutable de Mireia finalmente mostré una ira evidente, “No hay nadie
més arrogante que ta.”

Pensando que todo el mundo era suyo, que ella era la tnica insustituible y
superior, y que todos los demas estaban ahi solo para acompaiarla.

Mireia no tenia intencién de hablar mas con ella, dejé una frase y se marché.
Alicia observé como se alejaba con una mirada fria y sin decir nada mas, se fue
con Maximiliano a un café.

Al finalizar las clases, atin era temprano y Octavio casi siempre se quedaba un
rato mas en la escuela.

O bien jugaba baloncesto con Renato y su grupo, o se quedaba leyendo en la
biblioteca.

Recién adaptandose a la vida universitaria, Renato ahora navegaba como pez
en el agua, ya se le veia manejando autos deportivos o rodeado de mujeres y
amigos de fiesta.

El preferia no meterse en los lios de Renato, por lo que la biblioteca se convirtio
en su refugio indiscutible.

De hecho, incluso si Renato no fuera tan disoluto, habria elegido la biblioteca de
todos modos.

Porque después de la cena de la noche anterior, su madre acepto el encargo de
dar clases particulares a Mireia en su nombre.

Siempre habia tratado de evitar conflictos con Lorena.

Ademas, dar clases particulares era algo que ya habia experimentado y no le
resultaba muy dificil.

Mireia habia estado realmente nerviosa la noche anterior, pero al ver que él no
se opuso, por primera vez sintié un jubilo que no podia describir.

Habian acordado encontrarse en la biblioteca de la universidad después de
clases para ayudarla con sus lecciones, asi el breve episodio con Alicia en la
entrada de la escuela pronto fue reemplazado por la anticipacion y la alegria.
Sin embargo, justo cuando puso un pie en el campus y vio a Octavio, toda esa
anticipacion y felicidad se esfumaron como un fliego ardiente que de repente es
apagado por un balde de agua helada.

Sorpresa.

H

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La imagen que tenia Mireia de Octavio era la de alguien que preferia estar solo,
frio, tranquilo e

indiferente, siempre con una actitud de mantener a las personas a distancia,
como si nunca pudiera ser perturbado por nada ni nadie.

Incluso si algo sucedia, definitivamente era alguien que resolveria las cosas con
su mente.

Aquel aire de dignidad y educacién hacia que fuera imposible para ella imaginar
al Octavio de ese

momento.

Penso que no solo ella estaria sorprendida, probablemente la madre de Octavio,
al ver a su hijo en ese momento, sentiria lo mismo o incluso mas incredulidad.
Mireia miraba estupefacta al hombre que siempre estaba impecablemente
vestido, pero que ahora lucia desastroso.

Su pantalén tenia manchas y marcas, la camisa blanca habia perdido algunos
botones, asi que las manchas y rasgufios eran atin més evidentes, algunas
incluso eran de sangre. Su rostro, con un hematoma en el labio, no dejaba lugar
a dudas: Octavio se habia peleado.

A unos metros de Octavio, en el césped, tres hombres se levantaban del suelo
con dificultad, cada uno sosteniendo la parte del cuerpo que les dolia, mirandolo
con odio.

“Estas loco, ya veras.”

Octavio se mantuvo erguido, al escuchar eso, sus ojos se estrecharon y
levantaron lentamente.

Una mirada que parecia ligera y sin fuerza, pero que era como una hoja de hielo
afilada, cargada de ferocidad, se clavaba directamente en el otro lado.

Los tres se sobresaltaron, intercambiaron una mirada y corrieron.

La mente de Mireia estaba en blanco.

“¢ Qué paso?”

Habia mucha gente alrededor, ella se volvié hacia la persona a su lado.

Esa persona nego con la cabeza, “No estoy muy seguro, él..."

Ese individuo miré a Octavio por un momento y como si estuviera asustado,
cuando volvié a hablar, su voz fue alin mas baja.

“Fue él quien empezo a pelear de repente, esos tres estudiantes estaban
caminando adelante y él los atacé sin mas, probablemente ni siquiera ellos por
qué los golpearon.”

Mireia estaba atin mas confundida.

¢ Como es que golpearia a alguien sin razén aparente?

Pero, incluso si hubiera una razén, ¢qué podria haberlo llevado a decidir a
actuar con violencia?

La mayoria de las personas alrededor no se atrevian a seguir mirando y
después de que los tres estudiantes se fueron, comenzaron a marcharse
también.

Un compafiero de clase le tocé el brazo a Mireia, “Mejor vamonos rapido, ten
cuidado de no enfadarlo ahora. Es demasiado aterrador; no puedes imaginar lo
cruel que puede ser una persona que parece tan educada y fria cuando pelea.”
Mireia lo mir6, sin decir nada.

Si, no podia imaginarlo.

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Pero ahora habia muchas més personas que habian visto ese lado inimaginable
de él.

Pensandolo bien, aparte de la Sra Lorena, ella era la persona que mas habia
interactuado con Octavio en este mundo.

Pero, de hecho, parecia que ambos eran las dos personas mas distantes el uno
del otro.

Incluso pensaba que no era tan cercana a él como los extrafios que acababan
de presenciar la pelea.

Cuando la multitud comenzé a dispersarse, se acerco lentamente a Octavio.
Tavito.”

Igual que cuando habia visto a los tres estudiantes antes, la mirada de Octavio
que estaba cargada de frio y ferocidad, hizo que Mireia retrocediera
involuntariamente un paso.

El retiré su mirada con una expresion imperturbable y extendié su mano para
arreglar su camisa desordenada de manera calmada y meticulosa, sus dedos
largos y bien formados tenian pequefias manchas de sangre.

No podia imaginarlo.

Realmente no podia imaginar cémo habia sido la escena.

“Guarda tu curiosidad, no preguntes lo que no debes. Ve a la biblioteca.”
Mientras se arreglaba la ropa, hablaba con voz pausada y clara, sin mostrar
ninguna emocion.

Sus palabras eran despiadadas y extremadamente directas, sin dejarle espacio
para decir nada mas.

Mireia se mordi6 el labio y estuvo callada por unos segundos, antes de decir con
timidez: “Ya estas asi, podemos dejar la tutoria de hoy.”

“Si vamos a hacer la tutorfa, la hacemos. Si no quieres, entonces no vuelvas a
pedirla, no tengo tanta paciencia para perder el tiempo en lo mismo. Si es lo
segundo, llama a mi madre td misma y explicale.”

Mireia se sinti6 sofocada por esas palabras, las cuales entendi6 claramente.

El trataba la tutorfa como una tarea; A regafiadientes y sin desearlo.

De hecho, habia usado su escaso conocimiento sobre él a lo largo de los afios
para convencerlo de darle la tutorfa.

El nunca desobedecia a la Sra. Lorena.

La relacién entre madre e hijo podria describirse como simple y desapasionada.
Pero si Octavio tenia un limite, sin duda era la Sra. Lorena.

Asi que

noche anterior, durante la cena, habia mencionado deliberadamente frente a la
Sra. Lorena la necesidad de tutoria para saltar de grado, sin esperanzas
absolutas, pero ella parecié entender sus intenciones y surgi la tutoria con
Octavio.

No se habia negado al principio y eso ya la habia hecho feliz

Pero quizés la naturaleza humana es codiciosa, ahora estaba decepcionada y
triste por su renuencia.

No se atrevié a volver hablar mas, por miedo a que si decia algo mas, él se daria
la vuelta y se marcharia.

Después de tanto esfuerzo para conseguir la oportunidad de estar con él,
Octavio le eché una mirada indiferente y se dirigié hacia la biblioteca.

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Mireia se apresuro a seguirlo y después de un buen rato caminando detras de él,
finalmente reunio el Coraje para decin

“Pero Tavito, deberias atender esas heridas cuanto antes”

El no se detuvo ni mostré reaccién alguna.

La biblioteca estaba bastante llene y al ver a Octavio entrar con sus heridas,
todos lo miraron con sorpresa, especulacion e Incomprension.

Pero se quedaron ahi, nadie se atrevi6 a acercarse a preguntar qué habia
pasado, sabiendo que no obtendrian respuesta.

Octavio se dirigié directamente a un estante en particular, con familiaridad tomé
un libro y se senté.

Aprovechando el momento, Mirela envié un mensaje al conductor para que
comprara medicina.

No podia quedarse de brazos cruzados.

El &nimo de Octavio no era tan impasible como mostraba su exterior, a pesar de
su habitual brevedad en palabras, Mireia podia sentir el frio y la ira que atin
emanaba.

No se atrevi6 a consultarle nada.

Si ella no tomaba la iniciativa, Octavio naturalmente tampoco lo haria.

Hasta que su teléfono vibré y lo miré con cautela, quien segufa leyendo
impasible frente a ella, antes de levantarse y decirle en voz baja que iba a bajar.
Cuando regreso, llevaba una bolsa en la mano.

Indudablemente contenia la medicina que le habla pedido al conductor.

La dejé suavemente frente a él, “Tavito, ¢te parece si te aplico la medicina?”
Pregunt6 con cuidado y ante sus palabras, Octavio alzé lentamente la mirada,
poséandola brevemente en la bolsa de medicina.

“Parece que no tendréas problemas con tus examenes finales.”

El rostro de Mirela palidecio, “No es eso, pero estas asi.”

Octavio cerr6 el libro, “Si no tienes preguntas, damos por terminado el dia de
hoy.”

Mirela mordi6 su labio, con los ojos enrojecidos.

“Tavito, me preocupo por ti.”

El se levanté con una sombra de burla en sus ojos, “Si no tienes ganas de
estudiar, mejor vuelve a casa.” Dejando esas palabras frias, fue a devolver el
libro.

Mireia, con lagrimas girando en sus ojos, recogié su mochila y lo esperé fuera de
la biblioteca.

Octavio salié y su mirada se deslizé hacia la figura de ella, pero no se detuvo.
“¢ Siempre eres tan distante cuando le das clases particulares a Alicia?”
Finalmente, él se detuvo.

Mirela sinti6 una tristeza, insoportable, se acercé y se paro frente a él,
levantando la mirada.

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“Supongo que no es asi, ¢verdad? Ella es muy caprichosa y arrogante, ¢,cémo
podria tolerar tu actitud hacia ella?”

El frunci6 el cefio.

“¢ Te estas comparando con ella?” Finalmente pregunté.

Mireia tiré de la esquina de su boca, “¢ Por tu tono, parece que estoy
sobrevalorandome?”

Octavio fruncié mas el entrecejo, la mir6 fijamente, con una creciente
impaciencia y burla en sus ojos, sus palabras parecieron salir de su boca sin
pensar.

“¢Compararte con ella para demostrar qué? ¢Que ella es caprichosa y arrogante
mientras tu eres sensata y obediente?”

Parecia que iba a seguir hablando, pero de repente se detuvo y su expresion se
tense.

Mireia tenia la boca ligeramente abierta, mirandolo sorprendida.

Octavio junto significativamente las cejas, luego dijo friamente: “Si no tienes
nada mas, jregresa a casa!”

La chica lo siguié con el rostro palido.

El chofer estaba esperando a Mireia en la entrada de la escuela, Octavio y
Mireia salieron uno tras otro,

El espero a que Mireia subiera al auto.

Cuando el chofer vio a Octavio, se sorprendié un poco, pero mantuvo la
compostura y abrio la puerta trasera para que Mireia subiera.

Cuando ella iba a subir al auto, se giré en el tltimo segundo y le entregé a
Octavio la bolsa de medicinas.

“De todos modos, ya compré las medicinas y la herida necesita ser tratada.”
Anticipandose a que Octavio no lo aceptaria, lo meti6 directamente en su pecho
y subi6 al auto.

Cuando Mireia llegé a casa, naturalmente su estado de animo no era bueno.
Alicia también acababa de llegar a casa y estaba en la sala charlando con
Lisandro.

Mireia simplemente saludé a su tio sin emocion y subi6 las escaleras con su
mochila.

“Qué comportamiento.” Alicia despreciaba a Mireia cada vez més.

Lisandro sinti6 que algo no estaba bien y llamé al chofer de Mireia.

Después de estacionar, el chofer entr6 a la sala y Lisandro le pregunto: “¢Pasé
algo con Mireia hoy? Parece que algo no va bien.”

Alicia solt6 una risa fra, “¢ Cuando no tiene esa cara de cobradora? No te
preocupes tanto por ella.”

El chofer reflexioné por un momento, “No le pasé nada, pero si debo reportar
algo, parece que el Sr. Octavio tuvo una pelea.”

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