Tras mi renuncia el CEO luchó por mi amor por Isa Melodía

Capítulo83 ¿Quieres regresar? 

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Después de desayunar, Ximena regresó al segundo piso. Estaba a punto de 

dirigirse al cuarto de Alejandro cuando Manuela abrió la puerta y se paró frente a Ximena. Echó un vistazo a su vientre y dijo: 

-Casi cuatro meses, ¿verdad? 

Ximena la miró con precaución y preguntó: 

-¿Qué estás tratando de decir? 

Manuela sonrió dulcemente y preguntó: 

-¿Has estado ocultándoselo a Alejandro porque tienes miedo de que él te haga abortar? ¿O has estado haciendo cosas secretas y has quedado embarazada de otra persona? 

Ximena se rio fríamente y respondió: 

-¿Crees que todas son como tú? 

El rostro de Manuela se endureció por un momento, y luego preguntó: 

-Entonces, ¿por qué no le has contado a Alejandro sobre mi situación? 

-¿Qué sentido tiene hacerlo ahora? -Ximena se acercó un paso a Manuela-. Solo quería recordarte de vez en cuando. Ver tu expresión de ansiedad, miedo y enojo me hace feliz. Manuela, mejor reza para que el bebé en tu vientre sea de Alejandro. De lo contrario, tu destino será mucho peor que el mío. 

Ximena terminó de hablar y retiró la mirada mientras regresaba a su habitación. Manuela la miró con rabia mientras la puerta se cerraba, sabiendo que Ximena no tendría más oportunidades para alardear. 

Luego, miró hacia el estudio de Alejandro y entró. En el estudio de Alejandro había una caja fuerte con tres cerraduras. Manuela frunció el ceño, ya que Fabio le había mencionado que algunas cajas fuertes estaban hechas a medida y solo una de las cerraduras era funcional. Si intentaba abrir las otras dos cerraduras sin saberlo, la caja fuerte sonaría una alarma. 

Manuela se mordió el labio y se dio cuenta de que no había nada en el estudio. Tal vez, tendría que actuar desde la empresa. 

Manuela agarró un libro al azar y salió del estudio, regresando a su habitación. Luego, envió un mensaje a Ana. 

-Encuentra una oportunidad para llevar a Ximena a la empresa. 

Ana vio el mensaje y rápidamente buscó a Ximena. 

-Ximena, ¿estás disponible en este momento? -preguntó Ana. 

Ximena estaba revisando las noticias en su teléfono cuando recibió el mensaje y respondió de inmediato. 

Sí, ¿qué necesitas? 

-Ximena, ¿puedes venir a la empresa por un momento? -preguntó Ana y le explicó brevemente la situación. 

Ximena reflexionó por un momento y luego respondió: 

—Está bien, lo entiendo. No toques los documentos por ahora, te mostraré cómo resolverlo cuando llegue. 

Dado que ya no era empleada de MIK, necesitaría la aprobación de Alejandro para ingresar a la empresa. Ximena encontró el número de teléfono de Alejandro y lo llamó. 

La llamada se conectó rápidamente, y Alejandro respondió con un tono cansado. 

-¿Qué sucede? 

Ximena explicó: 

-La chica que solía trabajar conmigo, Ana, me pidió que fuera a la empresa para ayudarla a revisar unos documentos que ella ha estado manejando. Suena. complicado y me dijo que tienen que ser entregados a fin de mes. No tengo una computadora aquí, ¿puedo ir a la empresa a echar un vistazo? 

Una sonrisa curvó los labios de Alejandro. 

-¿Todavía no puedes dejar MIK? ¿Estás pensando en volver? 

Ximena reprimió la urgencia de rodar los ojos. 

-Tengo la responsabilidad de corregir los errores de la secretaria que traje, no est porque quiera regresar a la empresa. 

El rostro de Alejandro se oscureció, y su tono se volvió frío. 

-Le informaré a la recepción. Adiós. 

Ximena quedó desconcertada. Este hombre estaba de buen humor hace un segundo y, al siguiente, cambió completamente de actitud. 

Después de cambiarse de ropa, Ximena se despidió de Doña Alicia y salió. Manuela la siguió. 

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Ambas tomaron un taxi hacia MIK. Cuando Ximena llegó a la empresa, saludó al personal de recepción y subió directamente al edificio de la oficina principal. La sensación familiar la inundó al llegar. 

Ximena tomó una profunda respiración y se dirigió hacia la oficina del CEO. Había venido hasta aquí, así que decidió saludar a Alejandro primero. 

Justo cuando Ximena estaba a punto de llegar à la puerta de su oficina, escuchó una risa burlona detrás de ella. 

-Vaya, ¿quién tenemos aquí? Ximena, ¿cómo es que aún vienes a la empresa después de renunciar? Tania, una ex compañera de trabajo de Ximena, lat 

saludó con sarcasmo. D 

-Qué bueno verte, Tania -respondió Ximena, con una leve sonrisa en los labios mientras evaluaba a Tania-. Tania, con toda tu experiencia, ¿cómo es que aún no has ocupado el puesto de secretaria principal después de que me fui? 

El rostro de Tania se oscureció. 

-Ximena, ¿qué derecho tienes para alardear ahora? ¿Señor Méndez sabe que estás aquí? Si te atreves a entrar a MIK sin permiso, puedo hacer que los guardias. de seguridad te saquen. 

Ximena mantuvo su sonrisa y respondió con calma, 

-Puedes intentar llamar a los guardias de seguridad. 

Tania frunció el ceño. 

-¿Tú… has vuelto? 

Ximena no le prestó más atención y, después de apartar la mirada de Tania, se dirigió a la oficina de Alejandro. 

-Entra–dijo una voz profunda desde adentro. 

Ximena abrió la puerta y entró, dejando a Tania sorprendida. Dentro de la oficina, Ximena echó un vistazo al escritorio de la secretaria que Alejandro había mantenido. 

Luego, se volvió hacia Alejandro y dijo 

-Solo vine a saludarte antes de ayudar a Ana. 

Alejandro cerró los archivos en su escritorio y la miró con seriedad antes de ponerse de pie. 

Como quieras. Tengo que hacer una visita al sitio más tarde. 

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Después de pasar junto a Ximena y dirigirse hacia la puerta, Alejandro se volteó. 

-Te llevaré a cenar esta noche.