Tras mi renuncia el CEO luchó por mi amor por Isa Melodía

Capítulo79 Estudio en el extranjero 

Después de dejar Los Rodríguez, Manuela estaba preocupada por cómo conseguir un mechón de cabello de Ximena cuando recibió un mensaje en su teléfono. 

Fabio: 

Me quedé sin dinero, necesito algo. 

Manuela apretó su teléfono con fuerza. 

-Te di 10 mil el mes pasado. 

Fabio: 

-He gastado mucho en cirugía plástica. Has estado cerca de Alejandro por tanto tiempo, ¿te atreves a decirme que no tienes dinero? 

Manuela estaba furiosa y sus ojos se llenaron de lágrimas. 

No le he pedido dinero a Alejandro. 

Fabio: 

No me importa si lo has hecho o no. Puedes entrar en su oficina, ¿verdad? Solo roba algunos secretos y véndelos. Ganarás mucho dinero. 

Manuela estaba asustada. 

-¿Estás loco? Si Alejandro se entera, ¿crees que seguiré viva? 

Fabio: 

-¿Tienes miedo? Encuentra una forma de hacer que Ximena cargue con esto. ¿ No la odias? Cien mil, tendrás que dármelos en medio mes, o me aseguraré de que Alejandro se entere de todo lo que hemos hecho juntos. 

Manuela se quedó mirando los números en su pantalla, con los ojos bien abiertos. ¡Los secretos de MIK no se vendían por menos de cien mil! Si lograra obtener la información y yenderla, ella no tendría que lidiar con Fabio durante mucho tiempo. 

Manuela revisó su saldo bancario, viendo que solo tenía 2 mil. Estaba profundamente sumida en sus pensamientos. 

El viernes por la noche, Ximena y Simona cenaron juntas en un restaurante del centro de la ciudad y luego fueron de compras a una tienda de artículos para 

bebés. Simona estaba impresionada por la variedad de cunas y camas para bebés que vio. 

-Xime, ¿tu departamento tiene espacio para una cuna tan grande? -preguntó 

Simona. 

Ximena también estaba preocupada por ese tema. 

-Quizás necesite comprar una casa. Sería incómodo tener un bebé en un departamento de alquiler. 

Simona preguntó sobre sus finanzas. 

-¿Cuánto dinero tienes ahora? Comprar una casa en Reinovilla no es barato. 

Ximena se mordió el labio y luego pensó en el correo electrónico que recibió al mediodía. Después de un momento de reflexión, dijo: 

-Simona, estoy pensando en estudiar en el extranjero. 

-¿Estudiar en el extranjero? -Simona la miró con sorpresa. ¿Qué tipo de estudios? 

Ximena le explicó la situación en detalle y Simona abrió los ojos con asombro. 

-Xime, estudiar en el extranjero es una gran oportunidad, y te apoyo. completamente. Pero ¿has pensado en el costo? Además, estudiar en el extranjero con tres hijos es prácticamente imposible. 

Ximena bajó la mirada. 

He pensado en eso, pero esta es una oportunidad única y no quiero dejarla 

pasar. 

-¡Ximena! Justo cuando dijo eso, se escuchó un grito desde cerca. Ximena levantó la mirada y vio que la joven secretaria, Ana que había hecho prácticas antes con ella en MIK, apareció de repente frente a ella. Ana se sorprendió y se acercó emocionada-. ¡Ximena! ¡Eres tú de verdad! ¿Qué estás haciendo en una tienda de artículos para bebés? 

Ximena se sintió incómodá por un momento, pero rápidamente respondió: 

-Estoy acompañando a una amiga de compras. 

Ana parecía confundida y miró a su alrededor. Pero acababa de escuchar a Ximena mencionar a tres niños, ¿verdad? 

Simona intervino rápidamente: 

Mi hermana, es mi hermana la que va a tener un bebé. La traje a elegir un 

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regalo. 

Ana asintió con comprensión. 

Oh, ya veo. Ximena, ¿vas a regresar a la empresa? 

Ximena negó con la cabeza. 

-No, no voy a volver. ¿Cómo has estado últimamente? 

Ana suspiró con pesar. 

-Desde que te fuiste, el señor Méndez está de mal humor todos los días. Varias secretarias cometieron errores y fueron despedidas, y las que quedan están viviendo con el temor constante. 

Estar de mal humor… 

Ximena guardó silencio. Era evidente lo que eso implicaba. Sin embargo, ¿podía realmente creer 

que Alejandro tenía sentimientos diferentes por ella? En el mejor de los casos, se trataba de control y posesión, como si hubiera perdido a una mascota después de tres años. Cualquiera se sentiría molesto en esa situación. 

Ximena respondió con un tono despreocupado: 

-Lo que pueden hacer es prestar más atención a el trabajo en el futuro. 

Ana la miró con ansiedad y preguntó: 

-Ximena, ¿puedo acudir a ti para consultarte sobre problemas en el trabajo en el futuro? Tengo miedo de no hacerlo bien y ser despedida por el señor Méndez, sabes, mi abuela… 

La respuesta de Ximena la conmovió profundamente. Ella sabía lo que significaba, ya que había tenido una experiencia similar en el pasado. Asintió dijo: 

Por supuesto, haré todo lo posible. 

Ana agradeció emocionada: 

-¡Gracias, Ximena! Ahora, me voy a comprar cosas para la celebración del primer mes de mi sobrino. ¡Hasta luego, Ximena! 

Mientras miraba la figura de la joven alejándose, Ximena sintió que algo no cuadraba. Un sobrino nuevo… Sabía que la familia de Ana había sido de hijos únicos durante tres géneraciones. ¿Sería un pariente lejano? 

-¡Ximena! 

La voz de Simona sacó a Ximena de sus pensamientos. Ximenal miró fijamente a Simona y preguntó-: ¿Qué pasa? 

y 

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Simona la miró con desdén y le reprochó: 

-¡Te llamé varias veces! ¿En qué estabas pensando para distraerte tanto? 

Ximena negó con la cabeza y preguntó de nuevo: 

-¿Cuánto tiempo estuvo parada aquí? 

Simona frunció el ceño y respondió: 

-Estuvo al otro lado del pasillo, ¿quién sabe cuánto tiempo estuvo escuchando? 

Ximena se quedó pensativa y se quedó en su lugar. No era que temiera que Ana fuera a contarle a Alejandro algo. Más bien, se preguntaba por qué esperó hasta ahora para hablar si tenía la intención de hacerlo. Es más, ella tenía número de teléfono de Ximena… 

Ximena se frotó las sienes con una expresión preocupada. ¿Podría ser que su embarazo estuviera causando que se volviera más paranoica?, 

Ana terminó de pagar y salió de la tienda de artículos para bebés. Encontró un lugar más discreto y sacó su teléfono para enviar un mensaje a Manuela. 

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Capítulo80 ¿Qué estás haciendo aquí?