The Dark Secret of the CEO by Sofia de Orellana

Chapter 30



Chapter 30
The days have passed normally, Luz dedicates herself completely to Charlize, she has taught her to read and the little girl is
learning very quickly. The best thing for her is that she doesn’t feel the pressure of a teacher, but the constant encouragement of
Light is upon her.
On the other hand, Gerard only works what he needs every day and always prays that it will finish quickly, if before his motivation
was to work until he forgets, now it is to finish to go home and see his girls playing in the garden or waiting for him with some
delicious dessert.
At this moment, Gerard is leaving an audience, which he went to with Dan, he sees the time on his watch and smiles happily. His
friend couldn’t be happier for him, despite what happened a few weeks ago, Gerard has shown that joy that he radiated years
ago. He just hopes it’s not over, because his friend has already suffered enough to put him in more pain.
-Hey, erase that smile or I’ll be envious.
-Then smile with me, let’s both be happy – they walk towards the exit of the building, greeting some colleagues -. I want to see
what they will be waiting for me with today.
-They bring you well slimy – Gerard slaps him while he laughs -. The question is, are you like this for Charlize or for Luz?
Gerard looks at the sky, smiles and looks at his friend with conviction.
-Well... both of them, why should I deny it?
-And you approached the girl?
– Enough to be his friend. Even if I’m dying for something more, it wouldn’t be fair. There’s a girl out there who can show up at
any moment.
What if he never shows up ?
-We’ll see , then... – Dan’s phone rings and seeing the number, he frowns -. Alpha.
“Alpha” is the pseudonym of his main informant, of absolute trust for Dan, within what can be called trust in the underworld.

-I have news about the drug and the distributor. It is a new one, ideal for rapist dogs, it numbs the victim for minutes, even hours,
but does not leave them completely unconscious.
– Name – says Dan with a somber tone -.
– Henry Bowman.
Dan hangs up and motions for Gerard to follow him to the car before he says anything, as soon as he gets in, Gerard makes him
talk.
-Henry Bowman, that is the man responsible for the distribution of the drug that affected the girl.
-You’re sure?
– Of course, my informant is of my absolute confidence, you know that he has never failed us.
-Well, I want you to investigate that one, you know that just having his name doesn’t help us. I want bank statements, properties,
family... I even want to know what he eats in the morning after a hangover – and Gerard’s tone is that of that ruthless lawyer
against crime, the one who is relentless – . Now I’m going home.
-See you , my friend... enjoy your women without fear, when that girl knows everything you’ve done, surely she won’t want to
send you to jail.
-The fact that she doesn’t want to do it, doesn’t mean that I won’t go.
Gerard closes the door and walks to his car, thinking of many things, but in the end his friend is right. It is better to wait for things
to clear up little by little, while he must take advantage of the time with his girls.
Thinking of them like that makes him smile, start the car and go straight home.
Upon arrival, he realizes that it is too quiet, so they must be watching a movie in Charlize’s room. He takes off his jacket and tie
on the way, trying to get comfortable to hug her baby, but when he opens the door, he finds her alone, in front of the screen.
– Daughter, how are you?
-Boring... I don’t have anyone to discuss the film with.
-And light?

–Mi Lucecita no se ha sentido bien. Me pidió que me quedara aquí un momento, se fue a su cuarto hace ... no sé – dice
encogiéndose de hombros -. Si la vas a ver, dile que la extraño.
-Dame unos minutos – le da un beso en la frente y se va lo más rápido que puede sin correr a la habitación de Luz –
Llama a la puerta y siente que alguien habla, pero no consigue escuchar quién o que, así que entra y ve a su chica tirada en la
cama, con los ojos cerrados, un paño húmedo en la frente y las manos en el estómago. -¡Luz! – se tira directo hacia ella y
comienza revisarla – ¿Qué te pasó?
-Creo que me pesqué un virus o algo, pero ya me tomé algo... perdón por dejar a Charlize sola.
-No, está bien... ella está bien, me importa tu salud ahora.
-Estaré bien, solo... solo necesito una sopa de pollo. En cuanto me sienta mejor iré a preparármela.
-No, tú no te moverás de aquí. Yo iré por esa sopa.
-¡No, ¿cómo se le ocurre? No puede estarle cocinando a la mujer que cuida a su hija.
-Pero sí a la mujer de mi cor... sí puedo.
La toma entre sus brazos y la levanta para acomodarla en la cama. Toma una cobija del closet y la cubre, sale cerrando con
cuidado la puerta y se va a la habitación de Charlize.
–¿Cómo está Lucecita? – le dice en cuanto lo ve –
-Enferma, pero estará bien. Así que por hoy la dejaremos descansar y la vamos a mimar mucho – la niña asiente, apaga la
televisión y se pone de pie – Iré a prepararle una sopa de pollo, ¿quieres ir conmigo?
-¡Sí!
Levanta a su hija y salen de allí con rumbo a la cocina. Se lavan las manos y comienzan a buscar ingredientes para la sopa.
– Papi, ¿dónde aprendiste a preparar sopa?
Gerard se queda perdido un momento y luego le responde a su hija, aunque le cause algo de dolor.
-Tu madre me enseñó, en esta misma cocina.

-¿De verdad? Cuéntame más de ella, por favor. Mi abuela y mi tía nunca querían decirme nada de ella cuando les preguntaba,
¿fue mala?
-¡Claro que no! – le dice Gerard a su hija y la abraza -. Tu madre fue la mujer más buena y linda del mundo, ella tenía un amor
inmenso por todos. Hasta el último minuto peleó para que tú nacieras – es inevitable para él que las lágrimas lo invadan, pero
ahora entiende que ya no hay tanto dolor. Es solo 1 a emoción de los recuerdos -.
-¿Y ella cocinaba muy bien?
-¡No! – le dice riendo -. Todo lo que quería cocinar se le quemaba, le quedaba salado o sin sabor. Pero esta sopa... esta era su
receta propia y nadie la hace igual, ya verás.
-¿Podré comer de ella? -Todo lo que quieras, haremos mucho.
La pequeña aplaude y le ayuda a su padre con algunos ingredientes.
Al terminar, prepara una bandeja con la comida servida, agua y una flor que Charlize fue a buscar al jardín. Cuando Gerard va a
tomar la bandeja, aparecen Darcy y Georgia.
-Hijo, ¿qué haces con esa bandeja? ¿Es que Charlize no quiere comer aquí?
-Madre, por si no lo sabías, Charlize ya no come en la cocina, sino en el comedor donde corresponde. Y sobre esta bandeja, es
para Luz, que no se siente bien.
-¡No lo puedo creer! – grita Darcy -. Vino aquí a trabajar, no para que el dueño de la casa la atienda. Si se siente tan mal, que
vaya a un doctor.
-Métete en tus asuntos, Darcy.
– ¡Gerard! No le hables así a tu prima, menos delante de Charlize, porque pensará que podrá faltarle el respeto cuando quiera.
– Al contrario de lo que ustedes piensan – le dice Gerard tomando la bandeja -, mi hija es muy educada y sabe que no debe
faltarle el respeto a los mayores, aunque ellos se lo falten a cada momento. vamos, Charlize.
– Por dios, hijo, dile a una de las criadas que se encargue.

– Las chicas de servicio, mamá, porque así se llaman, no están contratadas para atender a Luz y ya que de cierta manera es mi
responsabilidad, con permiso.
– Pero...
-Si tanto te molesta que la atienda, entonces hazlo tú – le dice Gerard a su madre, extendiéndole la bandeja, pero ella se encoje
como si le hubiese puesto una caja con serpientes -. Eso creí.
Gerard camina con su hija, hablando de las cosas que podrían ayudar a Luz a sentirse mejor. Al llegar frente a la puerta,
Charlize golpea y escuchan a Luz decir que pueden pasar. La pequeña abre la puerta y Luz se queda sorprendida de ver a
padre e hija con la bandeja.
– Listo, te trajimos una sopa de pollo que te ayudará con tu malestar. Solo dame un minuto, iré por un termómetro.
-No tengo fiebre – le dice antes de que el hombre salga -. Solo dolor de cabeza, mareos y vómitos. 1
La sola palabra la hacen sentirse mal y tiene que correr al baño, Gerard corre tras ella y le sujeta el cabello, mientras Luz sufre
los espasmos de su cuerpo, aunque ya nada sale de ella.
-Ya está – le dice cuando la chica trata de incorporarse para enjuagarse la boca y mojarse el rostro – Ahora vamos con cuidado.
It is inevitable for the girl to stick her head on Gerard’s chest, who carefully carries her to his bed. She helps her to settle down,
she carefully brings the tray to him, making sure that she doesn’t dislike her smell. But quite the opposite.
Luz eats it all with no problem and then smiles when she sees Charlize asleep next to her, after telling her about the movie she
saw.
Gerard takes the tray and leaves them that way, because as soon as Luz is free, she settles down next to the little girl, covering
her with the blanket and her arms.


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