Sus Besos Obsesionados que Despiertan mi Segunda Vida Novela completa

Capítulo 236 

Aunque su agarre era suave, casi como una caricia, tener el control sobre la parte más delicada y frágil del cuerpo hacía que ella no pudiera evitar sentir un escalofrío. 

-No me gusta escuchar su nombre.. 

-¡James, qué es lo que quieres! 

Todo rastro de calma y frialdad en el rostro de Dafne se desvaneció en el momento en que vio a William, 

comenzando a entrar en pánico. 

-Ya lo dije, todos esos miserables que te codician deben morir, especialmente él. 

La voz amenazante y escalofriante del hombre resona palabra por palabra en sus oídos, causando que Nerea sintiera un escalofrío en todo el cuerpo, -Ya que te gusta, ¿qué tal si lo hago morir de una 

– 

manera especial? ¿Cortándole la carne pedazo a pedazo? 

Al principio, Nerea solo pensaba que él actuaba como un psicópata, pero después de escuchar esa frase, comenzó a sospechar si realmente tendría algo de psicópata en su ser, ¿quizás por algún trauma de su infancia? 

Al escuchar sus crueles palabras, un verdadero temor brotó en el corazón de Dafne, temiendo que en un arranque de ira realmente pudiera matar a William. 

-Por favor, no lo mates, James, haré lo que sea con tal de que lo dejes vivir. 

Ella no sabía que cuanto más rogaba por William, más enfurecido y violento se volvía él. 

-Está bien. 

Roman esbozó una fría sonrisa, presionando firmemente contra el cuerpo seductor de ella, inclinándose 

lentamente hacia adelante. 

Su aliento, caliente y ardiente, rociaba cerca de su delicada oreja, llevando consigo una intensa fragancia masculina, haciendo que el rubor en el rostro de Nerea se extendiera rápidamente a su cuello, su boca se secó inexplicablemente y su corazón comenzó a latir más rápido, especialmente al estar sus manos atadas, como si él la estuviera forzando… 

Nerea no sabía qué le pasaba. 

Solo sabía que, en ese momento, él no era James, sino Roman, el hombre del que se había enamorado profundamente sin darse cuenta. 

-Ruégame. 

Él sopló suavemente en su oído, su voz baja y ronca era insoportablemente sensual. 

-Te ruego. 

Por primera vez, Dafne bajó su orgullosa cabeza por William. 

James rio con satisfacción y furia. 

Contento porque finalmente estaba dispuesta a someterse a él, enfurecido porque todo lo que hacía era por William. 

-Dí que eres mi mujer, la mujer de Roman, que solo estarás conmigo en esta vida. 

-Ah… 

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Él estaba tan cerca, su aliento tan embriagador, que la mente de Nerea se nubló, sin notar que él había cambiado el nombre de James por el suyo, ni siquiera sintiendo que realmente había mordido su cuello, solo repitió conforme a sús palabras, -Soy tu mujer, la mujer de Roman, y solo estaré contigo en esta vida. 

Su voz era dulce y perdida, en ese momento sonaba casi como un gemido, lo cual hizo que los ojos de Roman se oscurecieran con una intensidad abismal, su respiración reprimida se volvió más y más pesada, y sus dientes apretaban el cuello de ella sin darse cuenta. 

Nerea apenas comenzaba a sentir el dolor en su cuello cuando se dio cuenta de que algo no estaba- bien… 

-Roman, tú… 

En el siguiente segundo, Roman la soltó abruptamente y se dirigió hacia el dormitorio, temiendo que si tardaba un segundo más, ella vería el deseo ferviente en sus ojos de devorarla. 

-Por hoy es suficiente, mejor regresa a casa. 

Su voz era tan ronca que parecía como si sus cuerdas vocales estuvieran desgarradas, aumentando las sospechas de Nerea, temiendo que él realmente fuera… 

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