Chapter Capítulo 38
despertar de un sueño ilusorio.
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Capítulo 38: El Vuelo Estaba Suspendido
Entré decepcionada al aeropuerto y me dirigí a la puerta de embarque, de hecho, en este momento, tenía muchas ganas de volver junto con mi amante, lo que también deseaban mis padres.
Sin embargo se marchó deprisa, ¡quizá fuera una llamada urgente! Me consolé así. Llamé a Ivanna y le informé de mi paradero, luego me quedé sentada en la sala de espera del aeropuerto, ansiosa de subirme al avión.
Sólo volví a mi ciudad natal con Hernán tres veces.
La primera vez fue cuando nos graduamos, después de aclarar nuestra relación, él y yo regresamos a mi casa para conocer a mis padres.
La segunda vez fue cuando decidimos iniciar nuestro negocio, pero nos faltaba dinero para empezar, por eso volvimos otra vez para recaudar este dinero de alguna forma.
La tercera vez fue cuando con la casa de mis padres como aval nos concedieron el préstamo y él insistió en llevarme a mi casa para agradecerles.
Desde entonces, nunca volvimos juntos, ¡siempre con la excusa de estar ocupado!
Mis padres siempre eran muy comprensivos, considerando que no era fácil emprender por nuestra propia cuenta y que teníamos que trabajar duro y ser dedicados. En los dos primeros años de verdad estábamos tan ocupados que ni siquiera pasábamos las vacaciones, al principio nosotros dos trabajábamos solos sin ninguna ayuda y luego llevamos cuatro años enteros haciendo maduro el negocio
Luego me quedé embarazada y regresé sola una vez por mí misma. Más tarde, mis padres no vinieron a la Ciudad Fluvial a visitarme hasta que nació Dulcita. Nos reuníamos en pocas ocasiones y nos quedamos separados siempre, porque no dejábamos de buscar excusas.
¡Pero ahora, por una enfermedad grave!
Por lo mucho que pensaba, me sentía triste por no haber estado ahí para mis padres. Uno cría a sus hijos esperando que lo cuiden en la vejez, pero ¿qué yo había hecho?
Mientras más ansiosa me sentía, más cosas salían mal, me informaban una y otra vez del retraso de mi vuelo.
Hubo cada vez más gente esperando en el aeropuerto. El cielo se estaba oscureciendo. Eran las 8 de la noche. El avión se había retrasado 7 horas enteras mientras que mi viaje del vuelo sólo duraría 4 horas. Después de haber esperado 7 horas, yo todavía no pude embarcar al avión.
No fue hasta las 22:40 cuando el aeropuerto me dio por fin la noticia exacta de que el vuelo se cancelaría temporalmente debido al aterrizaje inminente de una tormenta fuerte.
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Al escucharla, quedé paralizada, como una estatua de hielo, ¿cómo podía ocurrir esto? Cuando ví a los empleados del aeropuerto limpiando, me apresuré a llamar a mi madre con manos temblorosas, conteniendo mi sollozo, le dijo que el vuelo había sido suspendido.
Al escuchar mis palabras, mi madre me consoló enseguida: -María, no te preocupes, tu padre se encontraba mucho mejor por la tarde, el médico dijo que no hay problema y que gracias al rescate a tiempo, podrá recuperarse, jasí que no estés ansiosa,vuelve cuando tu vuelo esté disponible!
-Podría tomar el tren rápido en su lugar. Me temo que te preocupes mucho. -Le dije.
-No lo hagas, la epidemia es muy grave actualmente, si tu padre se encontrará mejor mañana por la mañana, es mejor no volver hasta que acabe la pandemia, además, itu bebé es importante!
-Mamá……-Sollcé y dije-,¡No he sido una buena hija!
-Ya, tranquila, lo entiendo, mi hija. -habló con voz firme, -Oye, jregresa a casa de inmediato! Está atenta a mi llamada.
Al colgar el teléfono, me acuclillé abrazándome a mí misma y llorando impotente.
En este momento me arrepentía mucho de no quedarme al lado de mis padres en aquel
entonces.
Hubo demasiados pasajeros varados en el aeropuerto, evacuados bajo sus disposiciones, en absoluto pude tomar un taxi. Había mucho más gente esperando el autobús en la cola.
Llamé a Hernán, pero su celular estaba apagado otra vez, creía que su teléfono se había quedado sin batería de nuevo, de no ser así, su móvil no se habría apagado hoy, al fin y al cabo, me insistió en que lo llamara cuando aterrizara para informarle de que estaba a salvo.
Me quedé en blanco entre la multitud, no pude irme hasta que se envacuara una parte de la gente, además no quería molestar a Ivanna siempre.
Una gran cantidad de personas intentaban salir del aeropuerto cuanto antes, pero yo estaba perdida en medio de la multitud, intentando salir, fue cuando varios adolescentes alocados me chocaron y me hicieron perder el equilibrio, así que el equipaje se me cayó de las manos.
Mantuve el equilíbrio, alargué la mano para recoger mi propia maleta soportando el dolor del golpe, y justo cuando me inclinaba a recogerla, un hombre con una maleta gigante pasó corriendo junto a mí con mucha prísa, y cuando me di cuenta del grandulón que se me lanzaba, ya era demasiado tarde para encoger mi cuerpo…