Chapter Capítulo 33
lentamente para sentarme en el sofá del estilo europeo de la sala de estar, esperando la llegada de Víctor.
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Capítulo 33: De La Nada
Se hizo la hora y Víctor Suárez entró.
En cuanto entró en la habitación, gritó: -¿Dónde están todos? ¿Dónde puta van todos…
Antes de que cayeran sus maldiciones, se quedó clavado en su sitio, mirándome sorprendido a mí quien estaba sentada tranquilamente en el sofá.
Le sonreí: -¡Director Victor!
Tardó mucho en cerrar la boca y balbuceó: -Cuñada… ¡Sra. Cuñada!
-¿Qué? ¿te sorprende? – aún así le sonreí-. ¡Ven y siéntate! No te preocupes, ¡les he dicho a los obreros que vuelvan primero!
-Ah… Eso… Voy a hacer una llamada en primer lugar y dejar que… ¡que ese supervisor cuente las horas del trabajo! -Víctor terminó de hablar y salió corriendo.
-¡Victor Suárez!…¡No hay prisa por llamar al supervisor! -Hablé sin prisa, pero mi voz resonó en la vacía sala, toda una conmoción.
Los pasos de Víctor se detuvieron y se volvió para mirarme con ojos asustados y llenos de pánico.
—¡Ya que puedo sentarme aquí, creo que sería mejor que hicieras lo que te he dicho y vinieras a sentarte! He venido hasta aquí para verte y tengo algunas cosas que decirte. Por eso eché a esa gente. -miré al nervioso Suárez con calma-. ¿Qué, ahora a la señora Lara no se le da bien hablar delante de Victor?
Mis palabras eran sarcásticas, recordando la vez en que Suárez corrió al verme y no paraba de gritar: -¡Señora Lara!
Víctor parecía avergonzado y nervioso.
-Señora…jseñora Lara! ¿Cómo es posible? Siempre serás mi señora, yo no lo olvidaré, ¡sin ti dónde estaría yo ahora! -Víctor sonrió torpemente y se acercó con cuidado al sofá.
Le dije: -¡Siéntate!
-Yo… ¡Prefiero estar de pie! señora Lara, yo… ¡no sabía que vendría! ¡Jaja! -Víctor ocultó su pánico.
–Sí, ¿verdad?-le miré con agresividad ¿Acaso crees que no debería estar aquí?
Incliné la cabeza, fingiendo aprecio, y volví a observar los alrededores. —¡Qué casa más bonita! Es lo que me gusta.
Víctor se puso visiblemente nervioso, -Sí, sí… ¡Está bien si le gusta! Está bien si le gusta!
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-Desafortunadamente, no es para mí, ¿verdad? -de repente retiré la mirada y le miré directamente a Victor-, Entonces tienes que decirme que este es tu Director Hernán…¿ha preparado para quién?
Víctor se detuvo un momento, -Este…¿de qué estás hablando, señora Lana? Para quién más podría prepararlo el Director Hernán, jes todo para usted!
-¿Lo es? -respondí despreocupadamente. ¡Así es tu Director Hernán, siempre dándome sorpresas!
Me reí y solté las palabras, sonrojándome yo misma en cuanto salieron de mi boca.
-Por supuesto…¡Y qué bien trabajáis juntos! -Mis palabras eran sarcásticas.
Víctor se estremeció y sonrió torpemente: -¡Deberíamos haberlo hecho! Oh…No… No, no quería decir eso…
-Víctor, ¡han pasado unos años desde que viniste a Corporación ConstruMateria! Las cosas han cambiado mucho desde entonces. Siempre recuerdo cómo solíamos recorrer las calles juntos, y sin poder ni siquiera comer… ¡Cuando lo pienso, todo es muy diferente ahora! —Dije burlonamente-. Honestamente, siento vergüenza al pensarlo. Pero tienes que admitir que el Director Hernán, ha sabido cómo llevarse bien con la gente y ha sido generoso contigo. Has recibido ingresos significativos tanto de manera oficial como no oficial. ¡Eso es lo que le ha ganado el favor de la gente!
-Señora Lara…No digas eso, yo … -Suárez tenía una cara nerviosa.
–
—Oh sí, hace mucho que no veo a tu esposa, ¿cómo está? ¡Tengo que ir a visitarla algún día! repentinamente cambié de tema, mi tono sonaba particularmente relajado-. Dicen que una vez embarazada, se tarda tres años en recuperarse. ¡Dulcita ya tiene cuatro años! Aún estoy lidiando con ello, ¿verdad? Mucha gente a mi alrededor me ha decepcionado. ¡Es mi culpa!
-¡Señora Lara, ella está bien! ¡Está embarazada, embarazada! -Víctor se limpió el sudor de la cara y forzó una sonrisa—. ¡Gracias señora Lara por pensar en ella!
-¿Eh? ¿Está embarazada? Genial, ¡¿Y tú también vas a ser padre ahora?! -actué sorprendida y pregunté-, ¿Cuántos meses lleva?
-16 meses! Jaja. -Víctor rió sécamente.
-¡Qué bien!
asentí-. Entonces… ¡tienes que apreciarlo!
Mi tono era un poco insolente, hablaba con una intención oculta y miré a Suárez con una sonrisa.
Víctor se sorprendió al ver mi mirada, Señora Lara…
Retiré la mirada y pregunté directamente a el: -¿Quién es esa mujer de Hernán Cintas?
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La repentina pregunta hizo que Víctor se confundiera por un momento y se levantara de golpe del sofá, -…Señora Lara, ¡no lo sé!
-¿No lo sabes? –Le pregunté palabra por palabra, mi mirada se volvía más penetrante, con un brillo frío dirigiéndose hacia él.
-Yo…
-¿Quién es esa mujer? –Volví a preguntar agresivamente a Víctor.