Chapter Capítulo 36
Capitulo 36
En el Grupo Gallego.
“Señor Gallego, esto es todo lo que he encontrado sobre Amelia. Es bastante complicado“, dijo Fausto mientras entregaba los informes de investigación a Wilson.
Wilson los recibió y echó un vistaro. La vida de Amelia estaba dividida claramente en dos etapas: la primera, como la distinguida hija de la familia Suárez, llena de éxitos académicos y talentos, con numerosos premios y honores, y hasta habla ingresado a la Universidad del Sol Naciente con los mejores resultados de la ciudad en humanidades
Tambien le habla ido todo bien en cuanto a la relación amorosa. Mantuvo una relación con Horacio desde la secundaria. era la pareja ideal aprobada y bendecida por ambas familias,
Pero en el apogro de su vida, Amelia cayó en desgracia.
No solo cayó, sino que se hundió en el infierno.
Cuando la verdadera heredera de los Suárez regresó, Amelia, la impostora, se convirtió en la rata a la que todos querian golpear, cayó del pedestal al infierno.
Primero fue expulsada de la casa de los Suárez, luego su reputación quedó destrozada por un escándalo, seguido de la anulación de su compromiso con la familia Gallego y se convirtió en objeto de desprecio.
Después, un embarazo inesperado y un nombre mancillado, pero decidió dar a luz al niño a pesar de la presión.
Cuando nació el niño. Valentino y Horacio la llevaron a juicio.
En el tribunal, Amelia no se defendio. Acepto todas las acusaciones, no le importò lo que dijo el abogado contrario.
Finalmente, fue condenada a cinco años de prisión por extorsión.
¿Extorsion?
Wilson frunció el ceño. ¿Cómo podria Amelia extorsionar a Horacio y a la familia Suárez con su carácter temeroso?
Cualquiera con ojos podria notar que la impostora había caído en desgracia y que las familias Suárez y Gallego la habian. enviado juntas a prisión.
“¿No se encontró al padre del niño?“. Wilson frunció el ceño mientras revisaba los documentos.
“Eso es precisamente lo que no podemos encontrar, y por eso le aconsejé no meterse en este problema. Piénselo. ¿acaso Amelia, con su personalidad, haría una extorsión? Obviamente está cubriendo a alguien más. ¿Por qué no revelal quién es el padre del niño? Sospecho que él es quien la instigó a extorsionar“, susurró Fausto.
“Deberias dejar de leer tantas novelas de detectives“, dijo Wilson y desechó los informes. “Sigue investigando, ¿hay algo que no puedas descubrir?“.
“Señor Gallego… hay un niño pequeño abajo…. la secretaria llamó a la puerta y preguntó en voz baja. “Dice… dice que es su hijo, no estamos muy seguros, ya hemos enviado a seguridad a controlarlo“.
Fausto estaba conmocionado. ¿Señor Gallego, ya tiene un hijo?“.
Wilson se recosto en su silla, su rostro se oscureció mientras miraba a Fausto.
Fausto sintió un fuerte deseo de sobrevivir, asi que cambió el tema rápidamente. “Es que los niños de hoy son demasiado astutos, saben venir aqui a reconocer a su padre“.
“Entonces… entonces le diré a seguridad que lleve al niño a la estación de policia“. La secretaria miró el reloj. “Señor Gallego, en cinco minutos tiene la videoconferencia con la compañía, deberia prepararse“.
Wilson asintió y se levantó para ir a la sala de conferencias, pero se detuvo y preguntó, “¿Cuántos años tiene el niño? ¿Cómo se llama?“.
“Dice que tiene cinco años, se llama Lázaro“.
Wilson alzó una ceja. El hijo de Amelia.
“Digale a seguridad que se ocupe del niño, estaré allí enseguida“.
12:17
Capitulo 36
La secretaria se sorprendió. “¿Y la reunión?“.
“Se pospone“.
Wilson camino con indiferencia hacia la salida de la oficina y se dirigió rápidamente hacia el ascensor.
Fausto lo siguió en estado de shock. “Señor Gallego, esa Amelia es demasiado astuta. ¿Lázaro no es su hijo ilegitimo? Está jugando sus cartas demasiado bien, envió a un niño de cinco años a la empresa para reconocer a su padre“.
Para Fausto, Amelia estaba a punto de convertirse en una zorra astuta.
Era una mujer tan maquinadora que hasta pudo usar a su propio hijo.
Y no le importaba si el pequeño de cinco años se metia en problemas.
¿Qué haria si realmente sucediera algo malo?
Pero Wilson no lo veía de esa manera. Si Amelia no fuera suficientemente astuta, ni siquiera le interesaria.
“Las mujeres inteligentes son más sencillas“, comentó Wilson con indiferencia.
Al menos en el manejo de situaciones futuras, no habria tantos problemas.
Fausto asintió con comprensión. Las mujeres listas sabian lo que querían y, una vez que lo conseguian, no solian causar
demasiados inconvenientes en el futuro.
Pero mujeres como la señorita Pilar, que sólo buscaban afecto y se enredaban en asuntos de amor, realmente podian ser
molestas.
La sociedad era muy realista, no existia tanto amor, especialmente para hombres como Wilson, que realmente no necesitaban de eso.
Su mundo giraba en torno a medir pros y contras y a la estrategia.