¡Mamá más Suave! Papá Llora Otra vez novela completa

Chapter novela completa Capítulo 19



Capítulo 19 

“Señoras y señores, el avión ha aterrizado exitosamente en el Aeropuerto Internacional de la Capital. Gracias por volar con nosotros. ¡Hasta su próximo viaje!” 

La voz profesional de la azafata resonó, Rosalba abrió sus ojos, apartó la manta que la cubría y lentamente miró hacia la ventana. 

Después de cinco años, habia vuelto a este lugar. 

En la terminal, Rosalba, vestida con un abrigo café oscuro, su cabello negro como cascada, y calzando tacones negros, llevaba una maleta con una mano y la otra en el bolsillo de su abrigo, caminando con determinación hacia la salida. 

Su elegancia y distinción no pasaban desapercibidas, atrayendo las miradas de muchos a su alrededor. Marisa, que habia estado esperando, se quitó las gafas de sol y con una sonrisa en sus labios rojos, se acercó a Rosalba. Las dos se miraron y sonrieron, Marisa la abrazo fuertemente, “Rosi, bienvenida de vuelta.” 

“¿Me extrañaste?” 

“Por supuesto que si, lástima que Darito no pudo volver contigo, lo extraño demasiado.” 

La mirada de Rosalba se ensombreció, “Cuando termine de organizar las cosas aquí, lo traeremos.” 

“Bien, vamos. Ya arreglé todo en la mansión, ¿quieres ir primero a ver el Grupo Rosa?” 

El Grupo Rosa era la compañía de perfumes que su madre le habia dejado antes de desaparecer. 

Durante estos años, había confiado en Marisa para que se encargara de ella. 

Rosalba negó con la cabeza, “No hay prisa, vamos a comer primero.” 

“¿No tienes curiosidad por saber cómo va el Grupo Rosa últimamente?” 

Rosalba sonrió, “Confio en ti.” 

Marisa, tomando del brazo a Rosalba, dijo riendo, “Realmente no hice mucho, todo fue gracias a tu talento. Los perfumes que lanzaste estos últimos años han sido un éxito en el mercado. 

Hay muchas compañías importantes que quieren colaborar con nosotros, y todos están curiosos sobre quién es el principal perfumista del Grupo Rosa. ¿Realmente no planeas presentarte tú misma?” Marisa miró a Rosalba intentando que le dijera su opinión. 

Rosalba frunció ligeramente el ceño, con una sombra de amargura en su mirada. 

“Mari, sabes lo que pasó antes, y también conoces el carácter de la gente de la familia es el momento.” 

“Aquel año fuiste falsamente acusada de plagio…” 

Saldaña, todavia no 

Marisa sabia que ese tema era un dolor para ella, asi que se detuvo, sintiendo indignación. 

Si la familia Saldaña se enterara de que Rosalba tenía una compañia tan grande, seguramente intentarian arrebatársela, especialmente su hermana… 

Marisa miró a Rosalba con compasión, y al verla decaida, rápidamente cambió de tema, “Basta, no hablemos más de eso, vamos, vamos, he reservado en El Sabroso… ¿Qué pasa?” 

Marisa se detuvo al ver que Rosalba se había parado en seco, y siguió su mirada… 

13:07 

Capítulo 19 

Allí estaba, un hombre de alta estatura y traje negro a medida, mirando fijamente a Rosalba con una gélida y penetrante mirada. 

Sus cejas eran como espadas, la nariz prominente y los labios finos esbozaban una sonrisa fría y peligrosa. 

Ese hombre no podia ser otro que Luciano. 

Marisa cruzó los brazos y soltó un resoplido, “Qué mala suerte.” 

Rosalba parpadeo, su sonrisa era a la vez fria y ligeramente amarga. 

Mira, cualquiera que Luciano decidiera fijar su atención, con su poder, huir era inútil. 

Incluso si ella hubiera tomado el vuelo a Solarenia anoche, probablemente no habría podido salir del 

aeropuerto. 

El motivo por el cual pudo regresar tan tranquilamente era porque él sabia que ella volvería, y que, al saberlo, no podria escapar de su alcance. Disfrutaba cazando a su presa, acorralándola poco a poco. 

Pero ahora Rosalba no tenía nada que perder, y no le tenia miedo en lo más minimo. 

Si el queria jugar, asi iba a ser. 

Luciano la miraba friamente, sus ojos llenos de advertencias y amenazas, mientras una mujer se acercabal lentamente a su lado, enlazando su delgado brazo con el de él. 

Verónica, vestida con el último modelo de Chanel, le sonrió a Luciano, relajando su ceño. Sus labios rojos se curvaban ligeramente, y sus ojos brillaban con coquetería. “Lucho, ¿a qué estás mirando?” 

Siguiendo la mirada de Luciano, Verónica volteó y vio a la última persona que queria ver, ¡Rosalba! 


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