Chapter Capítulo 6
Creo que gane un par de puntos con Diego, después de mucho tiempo por fin logramos hablar como dos personas civilizadas sin agredirnos ni nada por el estilo.
Estoy centrado en la musica de mis auriculares caminando rumbo hacia la parada de autobús. Ya es bastante tarde, pero lo bueno es que está parte de la ciudad es muy concurrida.
A pesar de que está a punto de oscurecer varias personas recorren la avenida, saliendo de su trabajo o los vendedores ambulantes empiezan a aparecer.
Casi salte del susto cuando un coche se estacionó en frente mío. Pensaría que se trata de un secuestro, pero conozco a la perfección ese vehículo y el dueño.
Preferiría que se tratara de un secuestro, quisiera nunca más en mi vida volver a verlo. No me siento capaz de contener el odio que me carcome al verlo, solo con su mirada tono azul enciende un fuego interno en mí que quisiera apagar para siempre.
Desearía no sentir absolutamente nada por él.
-¡Sube! -Me exige salir del carro, sus ojos azules parecieran rojos debido a la furia que emite, sus gritos son tan fuertes que opacan mi música
Me hice la tonta y me quité los auriculares.
-¿Disculpe? Dijo algo- Indage en un tono burlón
Aún recuerdo la forma en la que lo hice quedar como un mentiroso está tarde. Es lo menos que merece.
-¡Que subas Belinda! -Replica u ejerce fuerza en mi brazo
-Idiota o señor Idiota ya no me estoy en la empresa por lo cual no tengo porqué obedecer sus órdenes.- Espete molesta soltandome de su agarre de un jalón, no debí hacer eso porque mi brazo arde, pero mi rabia no escucha razón.
-No lo repetiré, Belinda.- Me advirtió
Intente negarme, pero el imbécil jalo mis brazos y me metió en la parte trasera de la camioneta luego le recomendaron al chofer que prosiga.
-Esto es un secuestro y estoy a punto de llamar a la policía.- Gruñi molesta
-Deja de decir tonterías, pero por lo visto te encanta hacerlo.- Responde irónico
-No sé que me habla – Formule emitiendo una pequeña carcajada
-No estamos en la empresa háblame de ti. Creo que tenemos confianza.- Expresa tomando mis mejillas y logrando que centre mi mirada en la suya, no quiero mirarlo.
Reí y negué con la cabeza mientras me aleje -Yo no siento confianza hacia un hombre como usted, llévame a la parada.
-Yo te llevaré a tu casa luego de que respondas mis preguntas – Anuncia
-Adelante – Cedí rodeando los ojos
-¿Por qué mentiste?- Inquiere en un tono serio
-Porqué puedo hacerlo y se me dio la gana, señor.- Le respondí gruñendo
-Eso no es una respuesta. Me hiciste quedar como un mentiroso.- Me recrimina subiendo levemente el tono de su voz
-Es lo que es- Respondí soltando una pequeña risa, puedo observar la rabia en su mirada lo cual aumenta mi risa. No recordaba la facilidad con la cual preparó hacerlo enfadar.
Aún recuerdo la manera que estalló en nuestra adolescencia cuando yo lo desafiaba y no obedecia sus órdenes. Él estaba acostumbrado a no ser cuestionado, pero conmigo se topo con pared.
-¡Cuando dejaras de odiarme!- Espeta con leve tono de frustración
-No tiene el privilegio de ser odiado por mí.- Le respondo sin ningún tipo de emoción
-Me dirás que no sientes nada por mí, no lo creo, Belinda-Él se acerca a mi lugar y lleva sus brazos arriba de mis hombros acorralándome contra el asiento como si yo fuera un animalito y él un depredador. Por supuesto, estoy temblando, pero modificarme.
Él baja sus manos a mis mejillas siento que su tacto quema mi piel. Nunca pensaría que una persona me inspirara tanto repudio y me hiciera temblar al mismo tiempo. Me odio a mí mismo y lo odio a él por provocarme este tipo de emociones.
-Han pasado siete años, Belinda, admito que fui un imbécil y no supe valorarte, era un niño inmaduro, pero he cambiado.- Me asegura sin quitar su mirada de mía.
Fácilmente podría embaucarme, pero ya no soy una niña ingenua de dieciséis años.
-No me interesa si es mejor, peor o sigue siendo la misma basura, no me interesa nada de usted, Fernando.- Sentencie molesta
-A mí me interesa todo de ti.- Expresa
-Ese no es mi problema -Dije alejandome unos centimetros de el. Quiero hacerle saber que su sola presencia me repugna.
-Podríamos ser amigos, yo puedo protegerte de Diego y de mi hermana, hermosa.- Me propongo en un tono más calmo
Él intenta unir sus labios a los míos, sin embargo, no le doy tiempo a nada y estrelló mi mano en su mejilla. Está abofetada se la debió hace varios años.
-¡Hermosa tu abuela! ¡No soy tan estúpida como antes!, No caeré en tus juegos infantiles. ¡Déjame salir!.- Grite con todas mis fuerzas provocando que él chofer casi salte del susto
-¿Sigues viviendo en el mismo lugar?- Formula intentando cambiar de tema
-Sí – Asenti sin mirarlo
Él sonríe -Eso significa que no tienes novio porque sigues viviendo con tu abuela.
Simplemente, rodeé los ojos porque no deseo responderle nada más. No caeré en su juego.
-John vamos al barrio de las Mercedes avenida solares 476- Le Anuncia al chófer
Repose mi cabeza en la ventana observando las calles. Lo prefiero antes de mirar a este ser tan despreciable.Cuándo llegue a mi casa todos estaban dormidos y debido a eso nadie se dio cuenta de que ese imbécil me trajo a casa.
***
Hoy es sábado y por ello dediqué el día a jugar con Aarón en el parque de diversiones cercano a mi casa. Me encantaría llevarme a la playa o a un sitio más bonito, pero no cuento con suficiente dinero.
Nos subimos a la calesita, el gusanito, los autos chocones entre otros juegos infantiles. También le compré helado cuando por fin nos sentamos.
-¿Te cansaste, amor? ¿o por que tienes esa carita?.- Le pregunté preocupada. Es extraño que mi niño este tan serio.
-Nada -Él niega con la cabeza mientras sigue bebiendo su coca cola
-Vamos, diez centavos. -Le insistí – ¿Te hicieron algo en el colegio? ¿Esa niña? ¿Problemas con matemáticas? -Me dediqué a hacerte cosquillas mientras lo bombardeo con preguntas. Él ríe formando hoyuelos en su bello rostro, su sonrisa es el alimento de mi alma.
-Siempre me sacó diez – Presume
-Lo sé lo heredaste de papi y de mí.- Le hago saber
-Papi se confunde con los números – Responde desconcertado, mi niño es demasiado listo para su edad.
-Tienes razón que olvidadiza, pero dime que te pasa.- Replique mientras lo siento en mis piernas
-Mami me pidió que no le diga a nadie- Me confiesa
– Puedes confiar en mí, solecito.Yo siempre voy a querer lo mejor para ti y para el tío.- Le asegure
-No quiero que mami y papi se separen como los papás de Luz.- Fórmula en un tono triste
-Eso no va a pasar mami y papi se quieren mucho.Si no me quieres decir no me digas solecito, pero no quiero que el niño más hermoso del planeta este triste. -Limpie sus lágrimas con mis manos y deje besos en sus mejillas-Sabes que te amo
-Siempre me lo dices- Réplica
Al final del día Aarón terminó agotado y debí sacar en brazos en el autobús. Mi semana es un infierno, pero todo vale la pena si puedo disfrutar unos momentos con mi solecito.