Chapter Capítulo 1882
Capitulo 1882
Vicente no sabia como continuar, queria que Elia hablar con Jimena sobre la situacion de Orson
Después de todo, es por culpa de Jimena que Orson estuviera tan enfermo
Se dice que para curar el alma, se necesita medicina del corazon. Pero Elia no entendia lo que Vicente queria insinuar y hasta le recomend6 un meédico.
No tuvo mas remedio que dejarlo pasar.
colgar el teléfono, Vicente recibié un mensaje de Elia con el nombre y numero de teléfono del doctor que le recomendo6.
Después de co
El nombre em Floria.
Vicente habia escuchado ese nombre antes; se decia que cuando Elia intento impedir la boda de Asier Floria, una mujer, habla luchado sola contra cuatro guardaespaldas.
De alguna manera logré mantener a los guardaespaldas ocupados para que Elia pudiera entrar al hotel e interrumpir la boda.g2
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Vicente estaba interesado en conocer a esta mujer, gera realmente tan valiente?
De todos modos, tenia que buscar a un médico para que atendiera a Orson en casa, asi que decidi6 ir a buscarla
Vicente manejo hacia la direccién que Elia le habia dado.
Reviso varias habitaciones llenas de suministros médicos, pero todas estaban vacias,
Vicente continué caminando hasta que escucho ruidos provenientes de una habitacion. Se apresuro hacia alll, listo para tocar la puerta, pero se dio cuenta de que estaba abierta.
Asomoé la cabeza para mirar adentro.
e frente a una mesa de trabajo con
Vio a una mujer alta y delgada con cabello corto, vestida con una bata blanca de laboratorio, de pie dos tubos de ensayo en la mano, uno con liquido azul y otro con liquido blanco.
Verti6 los dos liquidos juntos, provocando un burbujeo, y los abservaba cuidadosamente cuando, de repente...
Hubo un fuerte “boom! y la mezcla en el tubo de ensayo exploto. “jAh!” La mujer grit6 sorprendida, saltando hacia atras instintivamente. Vicente abri6 los ojos de par en par porque la mujer estaba volando directamente hacia él
“Eh, eh, eh...!" Vicente extendi6 sus brazos instintivamente para bloquear el peligro volador, retrocediendo también sin pensa
Pero fue demasiado tarde, el cuerpo de la mujer se estrellé contra su pecho y él la atrap6 por reflejo.
Vicente se quedo boquiabierto, sorprendido por lo suave que se sentia.
Antes de que pudiera reaccionar, escuch6 un resoplido.
Floria bajo la vista y vio que dos manos la rodeaban, y el lugar donde las manda la sostenian era extremadamente embarazoso...
Una zona que nunca habia sido tocada por otros, ahora estaba en manos de un extrafio.
Floria se enfureci6 al instante, se giro y golpeé a Vicente en el ojo con un pufietazo
Ah Vicente vio estrellas, y antes de que pudiera reaccionar, recibié otro golpe en el estdmago.
“Ugh!” Vicente se dobl6 de dolor, cubriendose el abdomen.
Levanto la vista y—vio que el pufio de la mujer venia de nuevo. Sobresaltado, inhal6 bruscamente y retrocedié rapidamente, pero la mujer tenia una expresion feroz y no mostraba signos de detenerse. Con el dolor en sus ojos y el estomago hasta el punto de colapsar, Vicente levanté las manos en sefial de rendicion: “Por favor, sefiorita, ten piedad, no golpees mas!”
“Tu, pervertido, te atreves a aprovecharte de mi, te voy a acabar!” Floria lanzé su pufio directamente hacia la entrepiema de Vicente. Vicente, horrorizado, abri6 los ojos de par en par y cay6 de rodillas ante la mujer Para, por favor! No lo hice a propésito, fue un accidente!”
Floria detuvo su pufio en el dltimo segundo, jadeando—y-mirando al hombre frente a ella: “No lo hiciste a proposito! Si no viniste aqui para aprovecharte de mia qué mas vienes?”
Vicente se sinti6 injustamente acusado y dijo: “Vine a buscarte por un asunto, ¢quién iba a saber que saldrias volando? Sélo intentaba atraparte”.